Es importante considerar distintos factores a la hora de elegir una mochila para los niños, y que muchas veces puede predominar el gusto por sobre otros factores.
Elegir una mochila adecuada puede ayudarlos a mantener una postura saludable y mantenerse cómodos en los trayectos desde el colegio a la casa.
A continuación te dejamos algunos consejos para tener en cuenta al momento de elegir una mochila:
El porte correcto
El ancho de una mochila debe ser relativamente proporcional al ancho de la persona. Por ejemplo, un niño pequeño no debe optar por una mochila de tamaño adulto. Además, la altura de la mochila debe extenderse desde aproximadamente 5 o 6 cm por debajo de los omóplatos hasta el nivel de la cintura, o solo ligeramente por encima de ella.
El peso correcto: la regla del 10%
Hay que tener en cuenta que el peso de una mochila no debe superar el 10% del peso corporal. Acarrear diariamente en la espalda una carga superior a esa puede ser perjudicial y la mayor carga debe estar concentrada en la zona de la espalda, nunca todo el peso abajo en la zona de la pelvis.
Buenas correas: firmes, anchas y acolchadas
Las correas deben ser anchas para el apoyo de los hombros. También es esencial que los tirantes sean acolchados, tanto para ofrecer más comodidad como para proteger los hombros de una presión excesiva.
Amarre delantero
Lo óptimo, además de unas correas firmes y anchas, sería comprar esas mochilas que tienen amarre en la cintura o en la zona torácica. El objetivo de ellas es ayudar a distribuir mejor el peso, pero si no se ajustan correctamente no cumplirán su cometido e incluso pueden provocar molestias.
Bolsillos para distribuir mejor el peso
Una buena idea es que la mochila ofrezca bolsillos, ranuras y separadores para ayudar a distribuir uniformemente el peso adicional. Los artículos más pesados deben situarse más cerca de la espalda de la persona, en los separadores que suelen ser más amplios. Los artículos más livianos pueden ubicarse más lejos del cuerpo.
¿Con rueditas?
Como las mochilas con ruedas no las llevan en la espalda, en ella se acostumbra a acarrear más peso. Es bueno usarlas si el camino al colegio está libre de obstáculos o baches y si la distancia a pie es larga. Lo ideal es que los niños no tengan que subir tantas escaleras ni transportarla por terrenos irregulares, ya que en esos casos su uso puede ser contraproducente.
María José Bastías
Periodista
Colaboradora Educa Jugando