El cambio de hora puede tener un impacto significativo en la salud de las personas, particularmente en los adultos mayores. Este ajuste en el reloj, aunque pueda parecer un detalle menor, altera el ritmo circadiano, que es el ciclo natural de sueño y vigilia del cuerpo.
Para las personas de la tercera edad, estos cambios pueden ser más difíciles de asimilar, y es fundamental que se tomen medidas preventivas para mitigar sus efectos.
Como señala la oncóloga Verónica Sepúlveda, del Centro Médico Vilanco, “los adultos mayores pueden tener alteraciones en su patrón de sueño, es decir, les puede costar más conciliar el sueño, o al revés, pueden despertarse de forma más precoz. Eso a su vez puede hacer que durante el día estén más desorientados o se sientan más fatigados. El estar más fatigados, desorientados y dormir menos a su vez puede hacer que tengan menos energía”.
Este agotamiento físico y mental puede ser especialmente peligroso. “El problema es que algunos adultos mayores pueden, sobre todo si tienen por ejemplo problemas de movilidad o desequilibrio, tener más accidentes o caídas, por tener alterado su sueño y su descanso”, advierte la especialista.
Para reducir los efectos negativos del cambio de hora en los adultos mayores, es importante adoptar medidas que ayuden a estabilizar el ciclo de sueño.
La doctora recomienda que “intenten mantener al máximo su rutina diaria en todos sus aspectos, especialmente en la hora de acostarse y de levantarse. Tomar luz solar durante el día. Evitar el consumo de medicamentos no recomendados que son estimulantes del sistema nervioso central, medicamentos que los puedan activar mucho, o a la vez que les dé mucho sueño, y también estimulantes como el café o el alcohol”.
Es crucial que los adultos mayores reciban apoyo en la implementación de estas medidas, asegurando que sus entornos sean seguros y sus rutinas estables.
María José Bastías
Periodista Colaboradora Educa Jugando
